En marzo de 1992, Patricia Monroy, inició un camino que marcaría para siempre su vida y la de miles de pacientes en la Fundación Cardioinfantil – LaCardio. Lo hizo como enfermera rural en el tercer piso, donde se hospitalizaban niños con cardiopatías que llegaban para recibir manejo médico o realizarse exámenes previos a sus cirugías. Ese fue el inicio de 33 años de dedicación a la excelencia médica y al cuidado humano.
Su paso por la institución estuvo lleno de retos y aprendizajes. Estuvo en hospitalización pre y postquirúrgica, cuidado intensivo, vigilancia epidemiológica y clínica de heridas. Como coordinadora, lideró inicialmente la UCI Pediátrica, y con el tiempo asumió la coordinación de la UCI Cardiovascular Pediátrica y la Unidad de Neonatos, consolidando su liderazgo en tres áreas críticas. Paralelamente, impulsó el buen uso de medicamentos, participó en el desarrollo del Modelo de Práctica de Enfermería y representó a LaCardio en el Comité de Convivencia.
De la ilusión al deber cumplido
Su llegada estuvo marcada por la ilusión de formar parte de una institución donde los fundadores no solo soñaban con transformar la salud cardiovascular en Colombia, sino que involucraban a cada colaborador en ese propósito. “Daban valor a la enfermería, impulsaban la autonomía y el liderazgo”, recuerda. Su despedida, en cambio, llegó con la satisfacción del deber cumplido, el agradecimiento por haber ejercido una enfermería de alto nivel y el cariño de quienes compartieron con ella este recorrido.
Momentos que marcaron su historia
En su memoria quedan múltiples hitos: la formación de enfermeras de todo el país con el apoyo de médicos líderes; la creación del posgrado en cuidado intensivo pediátrico —inexistente hasta entonces—; el desarrollo de un modelo de enfermería alineado con la filosofía institucional; y la publicación de un libro pionero sobre el cuidado de niños con cardiopatías congénitas, que posicionó a LaCardio como referente nacional en enfermería pediátrica cardiovascular.
Un legado de excelencia y humanidad
“De LaCardio me llevo una comunidad apasionada, comprometida con innovar y mejorar cada día, abierta al cambio y a la transformación constante. Aprendí que el verdadero progreso nace del trabajo colectivo con propósito”, afirma.
Su mensaje para quienes apenas inician su vida profesional es claro: “La oportunidad ya está en tus manos, pero el verdadero camino lo construye cada uno, paso a paso, con dedicación, ética, respeto y humanidad. Trabaja con propósito y corazón, y el horizonte será solo el comienzo”.
En LaCardio, reconocemos y celebramos los 33 años de servicio ejemplar de Patricia, un capítulo que inspira y motiva a seguir cuidando vidas con excelencia y corazón.
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